Visiones Comparadas sobre la Violencia Criminal – PEV

Visiones Comparadas sobre la Violencia Criminal

René Galicia, estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, generación 2017-2021

@ReneGalc

América Latina es una región donde la violencia ha incrementado en las últimas dos décadas. Esto ha hecho que los gobiernos prioricen este tema en las agendas públicas y ha impulsado nuevas líneas de investigación. El interés por comprender a la violencia en su totalidad genera día con día nuevas preguntas por responder. Los trabajos en este tema se han dado a la tarea de desentrañar distintos componentes de la violencia. Es claro que los esfuerzos han guiado soluciones para erradicar este fenómeno. No obstante, la violencia es un asunto complejo que se manifiesta de diferente manera en cada lugar y con un sinfín de dinámicas que entran en juego con ella. A partir de este desafío, surge la necesidad de ahondar en más dimensiones de la violencia.

El pasado viernes 13 de noviembre, el Programa del Estudio de la Violencia (PEV) del CIDE organizó un webinario con el fin de profundizar en las distintas dinámicas de los grupos criminales, sus consecuencias y reacciones tanto por parte del Estado como por parte de la sociedad civil. En este encuentro titulado «Visiones comparadas sobre la violencia criminal», Eduardo Moncada, Siria Gastélum y Amalia Pulido se unieron para añadir enfoques críticos al respecto. Los estudios de los tres señalan la importancia de entender este problema desde perspectivas económicas, sociales y políticas.

En cuanto a un entendimiento de la economía de estos grupos, Eduardo Moncada señaló que las economías criminales de América Latina rebasan los límites de la producción de drogas. Si bien el tráfico de drogas representa un pilar en estos esquemas, vale la pena voltear a ver a otras esferas como el mercado ilegal de vida silvestre, contrabando de combustibles, venta de productos mineros, etc. Esta diversificación hace uso de las redes de tráfico existentes para facilitar los intercambios ilícitos. Más aún, fomenta la creación de nuevos canales de comunicación entre el Estado y grupos criminales para el mismo propósito.

Con la multiplicación de las economías de grupos criminales, la violencia adquiere nuevas capas de complejidad. Adicionalmente, hay implicaciones a nivel de las víctimas. Cuando se habla de violencia, se habla de personas seriamente afectadas. Al igual que un entendimiento segmentado de las economías criminales, es relevante centrar el estudio en las víctimas y sus diversas experiencias. Moncada menciona que, antes de teorizar, es pertinente reflexionar acerca de cómo las víctimas entienden los diferentes tipos de violencia. Por ejemplo, las víctimas conciben a la extorsión como un proceso diario que genera un sentimiento de impotencia. Ante este hartazgo, se ven en la necesidad de combatir a la violencia por su propia cuenta.

Respecto a las soluciones llevadas a cabo por las víctimas y sociedad civil, Siria Gastélum profundizó todavía más y expuso sobre el trabajo que hace Iniciativa Global en contextos de violencia. En situaciones así, surge ––por necesidad–– la resiliencia comunitaria. En vista de no solo un desempeño bajo por parte de las instituciones de seguridad, sino también de una complicidad con el crimen organizado, las personas no tienen otro remedio más que actuar conjuntamente y resistir como una comunidad. En ese sentido, Gastélum define a la resiliencia como un conjunto de capacidades de la sociedad civil para enfrentar la violencia.

Ahora bien, para atender lo anterior de la mejor manera posible, es necesario una agrupación de esfuerzos. Por ello, Iniciativa Global se ha dedicado a crear una red de perspectivas y experiencias de distintas latitudes. De esta manera, es posible identificar iniciativas replicables, desde Liberia y Filipinas hasta Sinaloa, pasando por Haití y Guatemala. Mediante el apoyo conjunto de distintas propuestas y la ayuda del Fondo de Resiliencia de la ONG, la sociedad civil adquiere la capacidad de aumentar el número de estrategias contra la violencia. Existen retos como amenazas a periodistas y una voluntad política cerrada por parte de los órganos gubernamentales, pero lo cierto es que la articulación de distintos esfuerzos amplifica los márgenes de maniobra de la resiliencia comunitaria.

Los procesos de victimización entre la población civil, sin embargo, no pueden entenderse sin analizar además los vínculos entre el Estado y los grupos criminales. El trabajo de Amalia Pulido revela conexiones que quedan por explorar en esta relación. Pulido habló sobre el engranaje que sostiene el vínculo entre los candidatos y estas agrupaciones. Subrayó que la violencia criminal extendida indica la existencia de estructuras de gobernanza criminal, cuya operación recae en la protección del Estado. Este apoyo suele estar en jaque en temporadas electorales, pues con la posibilidad de nuevos partidos y candidatos al mando, la continuidad de la tutela gubernamental peligra. Debido a lo anterior, los grupos criminales no estatales tienen un interés especial en capturar partidos políticos y la selección de candidatos.

Con la captura, los grupos criminales aseguran su incidencia en los resultados electorales y sus redes de protección. La ponente también mencionó que la concentración de la violencia determina si habrá captura de selección de candidatos o no. En otras palabras, la disputa de grupos por una plaza incrementa la probabilidad de influir en la selección de candidatos. De igual forma, un elemento adicional para predecir la captura es el desempeño de la elección previa, lo cual genera un dilema para ciertos partidos porque las organizaciones criminales apostarán por un historial ventajoso. A partir de lo anterior, Pulido presentó un panorama poco opimista para las elecciones del 2021 (especialmente para Morena). Es necesario tener esto en mente en la creación de políticas y continuar con la reflexión en el caso mexicano y otros contextos violentos. Las aproximaciones anteriores sirven para recalcar la relevancia de profundizar en más factores que intervienen en la violencia y, sobre todo, para desempacar este fenómeno de manera comparativa. La solución se queda corta si nos enfocamos en una sola cara de la violencia. Con la finalidad de llegar a soluciones eficaces, es necesario cruzar caminos con otras experiencias, entender otras circunstancias políticas y contruir una cooperación con el gobierno. Estos hallazgos no solo deben ser citados como fuentes de saber y certeza, también deben ser implementados.