Ciudad de México, 23 de mayo de 2017.- El Centro de Investigación y Docencia Económicas nombró al Dr. Kurt Unger Rubín como profesor investigador emérito, condecoración que sólo ha recibido el Dr. Jean Meyer. La ceremonia de investidura para reconocer sus más de 25 años de trayectoria en la docencia y la investigación, estuvo encabezada por las autoridades del centro y asistieron académicos, familiares y amigos.
“Para mí es la distinción más alta que he podido soñar en tener, me siento muy orgulloso, muy completo, es un reconocimiento a una carrera que uno ama, pero de todas maneras agradece cuando se hacen las apreciaciones respectivas”, declaró.
En entrevista, el Dr. Unger habla sobre su ciudad de origen, su nombre y sus años de servicio en el CIDE, del que también fue secretario académico.
Soy Mazatleco
El Dr. Kurt Unger Rubín es mexicano, nació en Guadalajara en 1944, en la época marcada por la Segunda Guerra Mundial, y se autoproclama mazatleco, aunque su nombre de origen alemán no lo demuestre.
“Mazatlán es el núcleo de la familia, todos consideramos que esa es la cuna de la familia Unger”.
Es nieto de Fritz Unger, un alemán que migró a México con las casas comerciales del siglo XIX, y María Ferreira, una mexicana originaria de La Paz, Baja California. Su padre, Kurt, fue el octavo hijo del matrimonio Unger Ferreira, nació en California en 1914, en el auge de la Revolución Mexicana.
Su ascendencia materna es igual de internacional, su abuelo materno era Francisco Rubín, un hombre de origen español que se casó con Elena Rivas, una mexicana originaria de Mazatlán, Sinaloa. El matrimonio Rubín Rivas sólo tuvo dos hijos: Ramón y, la madre de Kurt, Margarita.
Su nombre correcto es Curt, con C
Su nombre real no es Kurt, sino Curt. Así quedó asentado en su acta de nacimiento de 1944; él cree que este cambio pudo ser accidental o una intención del gobierno por castellanizar todos los nombres extranjeros: “ya era la Segunda Guerra Mundial y ya estaba la declaratoria de la guerra contra Alemania, que era enemigo de México”.
“Yo ya todo lo demás lo había manejado siempre con la ‘K’ y en honor al nombre de mi padre me he resistido a cambiar todo a la ‘C’, pero en algunas cosas es inevitable que la parte oficial salga con ‘C’, aclara.
Sus libros, documentos de trabajo, menciones en prensa y registros históricos son testigos de esa resistencia; aunque su documentación oficial revela su identidad real.
Su alma máter
Egresó del Tecnológico de Monterrey, donde hizo el bachillerato y la universidad (las carreras de Economía y Contabilidad).
“Al terminar estas dos (licenciaturas) trabajé como maestro en Estadística y Finanzas; mientras era maestro en el día por la noche estudiaba la Maestría de Administración con especialidad en Finanzas, en el Tec”.
En 1972 recibió la oportunidad de realizar una estancia académica en Manchester, Inglaterra, misma que aceptó sin dudarlo, estuvo un año y tiempo después se mudó a la Universidad de Sussex a realizar una nueva maestría en el SPRU (Science Policy Research Unit)”.
Con la propuesta abierta para estudiar el doctorado en esa institución, regresó a México con una invitación para trabajar en el Tec de Monterrey en un proyecto que marcaría una de sus líneas de investigación: la migración.
“Me invitaron a coordinar un grupo de investigación para realizar un estudio sobre migración en las llamadas ‘Twin cities’, el cual estaba encabezado por la Universidad de Texas y el Tecnológico de Monterrey”.
En 1978 volvió a Sussex para hacer el doctorado, mismo que culminó rápidamente para en 1979 regresar a la Ciudad de México e incorporarse a El Colegio de México.
Tecnología, industria y migración
Sus líneas de investigación son las de un economista alejado de la simple geografía y la matemática; él es un economista que relaciona la organización industrial con la competencia y la innovación en los mercados regionales, además del impacto económico de la migración internacional.
A decir del Dr. Fausto Hernández “cuando a cualquier científico social se le pregunta a quién se deben los primeros y más completos estudios de organización industrial moderna en México, la respuesta siempre incluirá el nombre del Dr. Unger”.
La tecnología y la industria fueron temas influenciados por su estancia en Monterrey, una ciudad históricamente industrial, temas que estudió a fondo en la Science Policy Research Unit de la Universidad de Sussex.
El tema de la migración, dice, fue accidental, tras haber coordinado un estudio que vinculaba a la economía y el desarrollo industrial de las ciudades migrantes.
En ese momento, con amplio conocimiento y una reciente carrera de investigador en El Colegio de México, tuvo su primer contacto con el CIDE.
- La tecnología en la industria alimentaria mexicana, 1981
- México: transferencia de tecnología y estructura industrial, 1984
- Competencia monopólica y tecnología en la industria mexicana, 1985
- Las exportaciones mexicanas ante la reestructuración industrial internacional, 1990
- Ajuste estructural y estrategias empresariales en México, 1994
- Globalización y clústers regionales en México: un enfoque evolutivo, 2010
- El cemento en México, Rivalidad y competidores globales en busca de la eficiencia, 2010
Su primer acercamiento al CIDE
No fue en 1990, como lo detallan los registros históricos. La relación de Kurt Unger Rubín con el CIDE realmente comenzó al menos 10 años antes, en 1979.
A invitación expresa de la Mtra. Trinidad Martínez Tarragó, entonces directora del CIDE, Kurt Unger, con apenas 35 años de edad, aceptó dirigir un proyecto sobre transferencias de tecnología e inversión extranjera.
“En ese momento no había en el CIDE quien estuviera directamente en ese tema y yo sí. Entonces ella (Trinidad Martínez) se dirige con Víctor L. Urquidí (Presidente de El Colegio de México de 66-85) y le dice ‘préstame al Kurt por un año para que venga y haga ese estudio’ y así lo hicimos. Entonces mi primera estancia en el CIDE fue por 10 meses, me vine a contratar gente para levantar una encuesta muy ambiciosa, muy completa. Acabamos ese proyecto y me regresé a El Colegio de México, ya era profesor titular”.
Sólo fue necesaria cerca de una década para que el Dr. Unger Rubín volviera al CIDE, pero en esta ocasión en un puesto directivo.
La renovación del CIDE
En 1990 fue contratado para dirigir la Secretaría Académica del CIDE, a invitación del Dr. Carlos Bazdrech, quien ocupaba la Dirección General, y que se acompañó de la Dra. María Amparo Casar, entonces secretaria general; era la época conocida como la “renovación del CIDE”.
“El CIDE que se había venido mermando mucho como consecuencia de la crisis post 82, los salarios cayeron, la gente que tenía oportunidades en otros lados se iba, lo extranjeros se fueron regresando a sus sitios de origen y entonces pues era un CIDE que estaba bastante distante de lo que había llegado a ser en su momento alto”, asegura.
“Desde el principio siendo secretario académico también participaba en la docencia, en ese entonces principalmente en la maestría, porque las licenciaturas todavía no existían, eso fue parte de lo que creamos en esos primeros cinco años, empezamos con las dos licenciaturas que después ya se han ido ampliando a otros programas”.
Durante su gestión se obtuvieron los siguientes logros:
- Creación de la División de Estudios Internacionales (DEI)
- Creación de la Licenciatura en Economía
- Creación de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
- Publicación del primer número de la revista Gestión y Políticas Públicas
Otra de sus contribuciones a lo largo de más de 25 años en el CIDE fue haber sido piedra fundamental en la construcción ideológica de la sede Región Centro del CIDE, desde donde motivó a los nuevos investigadores a seguir con el paradigma educativo.
Su investigación y legado son referencia a nivel internacional, en un momento histórico en que la migración internacional, la economía y la industria están en el centro de la discusión entre México y Estados Unidos.
“Apenas regresé de una reunión en Dallas con un grupo de norteamericanos y un grupo del CIDE, para ver qué va a pasar con la política de Estados Unidos hacia nosotros. La gente del Banco de la Federación de Dallas buscó expresamente al CIDE como socio. Esas llamadas desde fuera son las que demuestran que el entorno internacional nos reconoce bastante bien. Estamos muy cerca de haber llegado a lo más alto dentro del país”.
La máxima condecoración que otorga el CIDE sólo les pertenece a dos investigadores con más de 25 años de trayectoria. Al Dr. Kurt Unger y al Dr. Jean Meyer. Ambos son un orgullo para la institución y piedra fundamental para este centro.
Fotogalería: Ceremonia de investidura del Dr. Kurt Unger Rubín
Palabras del Dr. Fausto Hernández en la ceremonia de investidura del Dr. Kurt Unger Rubín.