Investigación del CIDE revisa el impacto de la Ley de Aguas Limpias en Estados Unidos de 1990 a 2010
Miércoles, Oct. 21, 2020
 
Investigación del CIDE revisa el impacto de la Ley de Aguas Limpias en Estados Unidos de 1990 a 2010

 

Ciudad de México, 21 de octubre de 2020. El agua es un recurso natural escaso en el planeta, puede ser renovable pero esto depende del tratamiento al que se someta. Lopamudra Chakraborti, Profesora-Investigadora de la División de Economía del CIDE Región Centro realizó la investigación “Effects of Water Quality Monitoring on Plant-Level Pollution: Evidence from the Clean Water Act”, donde examina la calidad del agua de plantas municipales en Estados Unidos.

Este artículo indaga si las plantas de tratamiento de agua aumentan sus descargas contaminantes sobre los niveles permitidos, en comparación con las plantas que no tuvieron una disminución similar en la frecuencia del monitoreo de la calidad del agua río abajo.

La muestra que se analizó constó de 366 plantas municipales que son principales contaminadores en Pensilvania, Carolina del Sur y Virginia entre 1990 y el 2010. El análisis está basado en la Ley de Agua Limpia de Estados Unidos, ésta protege la calidad de las aguas en el país y es implementada por parte de los estados bajo la supervisión federal.

El estatuto se vale de diversas herramientas regulatorias y no regulatorias para reducir las descargas directas de contaminantes en vías navegables, establecer estándares de calidad de agua ambiental, financiar las instalaciones para el tratamiento de aguas residuales municipales e implementar los permisos de emisión de contaminantes más estrictos para aguas deterioradas.

Estas herramientas son utilizadas para alcanzar la meta mayor que es posible para restaurar y mantener la integridad química, física y biológica de las aguas nacionales para que éstas puedan mantener la protección y propagación de peces, moluscos, vida silvestre, y la recreación en el agua y sobre ésta.

“Esta investigación rescata una herramienta rentable que ha pasado desapercibida. Los costos reales del monitoreo de la calidad del agua representan sólo el 0.5% de los costos totales de implementación y regulaciones. Otros estudios demostraron que la rentabilidad de los estudios de monitoreo de la calidad del agua no es especifica de la contaminación del agua”, comentó la Dra. Chakraborti.

El periodo de tiempo analizado es de suma importancia, pues según la Dra. Chakraborti existieron cambios substanciales en las políticas ambientales entre 1995 hasta los primeros años del siglo XXI, ya que los estados estaban obligados a implementar regulaciones basadas en cuencas y no individualmente.

“En los estados contaban con un apoyo muy limitado del gobierno federal para implementar estas nuevas regulaciones, tenían que analizar la calidad del agua por su parte. Durante 1999 y 2001 vimos un incremento en la caída del monitoreo del agua’’, apuntó la Dr. Chakraborti.

Por eso se necesitaba analizar un periodo largo de tiempo, porque debido a la tecnología las plantas no podrían cambiar los niveles de contaminación en un corto periodo de tiempo; también la calidad ambiental del agua se evoluciona lentamente, debido a la capacidad de asimilación. Se divide en pre y pos tratamiento, con diez años cada de uno de estos procesos.

 

¿Cómo analizar el tratamiento de aguas?

La Dra. Chakraborti utilizó un modelo empírico con una ecuación que involucra a datos de panel lineal, donde la variable dependiente es el logaritmo de relativa descarga, o sea, la proporción de concentración mensual o cantidad de descarga a su correspondiente límite.

Como fuentes principales de información se usaron registros sobre los datos reportados por las industrias contaminantes. De Pensilvania se tomaron 190 instalaciones,  de Carolina del Sur, 93 y de Virginia, 83.  En los años 1999 y 2001, 65 de 366 planas vieron un 70% de disminución de la calidad del agua ambiental.  El parámetro para elegir estos objetos de estudio consistió en poner en la mira a aquellas que tuvieran una contenido elevado de DBO5 (Demanda Bioquímica de Oxígeno), parámetro que mide la cantidad de este gas consumido al degradar materia orgánica en una muestra líquida.

Algunos de los primeros resultados mostraron que en respuesta a una disminución en la frecuencia de control de la calidad del agua ambiental, las plantas de tratamiento de aguas residuales aumentan su cantidad relativa de descarga de DBO5 por cierre al 30% y descargas de concentración relativa en un 27%, en contraste con las plantas que no presenciaron una caída similar en frecuencia de control de la calidad del agua.  Los resultados fueron robustos aún con un criterio de distancia río abajo más estricto, cambiando los períodos de pre y postratamiento, y controlando todos los demás factores que pueden influir en los niveles de contaminación como las condiciones económicas.

El artículo indica que se hacen tres aportaciones puntuales en la literatura del cuidado del agua:

  • La investigación destaca una relación importante entre la herramienta reguladora, que antes se ignoraba en los textos;
  • Además los resultados indican que las fuentes de tratamiento de aguas residuales tienen mejoras en su calidad y por último, Se enfocaron en las diferencias para aislar el efecto causal de la reducción del monitoreo de la calidad del agua ambiental en las plantas de tratamiento.

Lopamudra Chakraborti es economista ambiental y tiene Doctorado por la Universidad de College Park, Maryland. Está especializada en temas de regulación y aplicación ambientales. Sus objetos de investigación son métodos de valoración del medio ambiente y los recursos naturales.

La Dra. Lopamudra Chakraborti es Profesora- Investigadora Titular en la Maestría en Economía Ambiental (MAEA), impartida en el CIDE Región Centro. El objetivo de este programa académico es comprender las interacciones entre la economía y el medio ambiente mejorar la toma de decisiones, tanto en el gobierno como en el sector privado, en lo referente a los temas ambientales.

El cuerpo académico se conforma por profesores-investigadores especializados en economía ambiental, economía de los recursos naturales, y economía de la energía. Con los conocimientos adquiridos los egresados podrán desarrollarse profesionalmente en los gobiernos, la academia, la iniciativa privada, organizaciones sociales e instituciones internacionales.

Lee el artículo completo aquí.



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